sábado, 23 de agosto de 2014

Notas del traductor

Siempre se nos ha dicho que una buena traducción es aquella que no se nota que es una traducción. Sin embargo, en ocasiones el traductor se deja ver de forma sutil cuando cree que el lector va a necesitar más información de la que muestra el original. Os hablo de las notas del traductor a pie de página, o como suele aparecer en las obras literarias, por las iniciales N. del T.

Hay quienes piensan que, en ciertos casos, los traductores no deberían utilizar las notas a pie de página porque interrumpen la lectura. O incluso que el traductor que las utiliza no ha hecho bien su trabajo porque no ha sido capaz de traducir algo y por eso recurre a esta nota. Obviamente, no todas las notas son imprescindibles, pero en algunos casos creo que son muy útiles, por el hecho de que el lector puede desconocer ciertos conceptos (normalmente por diferencias culturales). Y si estamos ante un lector curioso, es posible que se interrumpa la lectura igualmente por querer descubrir de qué se está hablando. O en el peor de los casos, que el lector simplemente no entienda esa idea.

Tampoco es bueno abusar de las notas al pie de página, al menos en el caso de la traducción literaria. En este caso, estamos ante una lectura por placer, en la que el lector se introduce en el mundo creado por el autor y una nota a pie de página le sacaría bruscamente de él. Sin embargo, en otro tipo de textos (didácticos, científicos...), sí que es más frecuente el uso de notas a pie de página, en las que se puede hacer referencia, por ejemplo, a fuentes de consulta.

Como lectores, ¿qué pensáis de las notas del traductor? ¿Os resultan útiles o son una molestia?

Y como traductores, ¿las utilizáis si creéis que son necesarias o creéis que son un signo de incompetencia?


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