Siempre
se nos ha dicho que una buena traducción es aquella que no se nota
que es una traducción. Sin embargo, en ocasiones el traductor se
deja ver de forma sutil cuando cree que el lector va a necesitar más
información de la que muestra el original. Os hablo de las notas del
traductor a pie de página, o como suele aparecer en las obras
literarias, por las iniciales N. del T.
Hay
quienes piensan que, en ciertos casos, los traductores no deberían utilizar las notas a
pie de página porque interrumpen la lectura. O incluso que el
traductor que las utiliza no ha hecho bien su trabajo porque no ha
sido capaz de traducir algo y por eso recurre a esta nota.
Obviamente, no todas las notas son imprescindibles, pero en
algunos casos creo que son muy útiles, por el hecho de que el
lector puede desconocer ciertos conceptos (normalmente por
diferencias culturales). Y si estamos ante un lector curioso, es
posible que se interrumpa la lectura igualmente por querer descubrir
de qué se está hablando. O en el peor de los casos, que el lector
simplemente no entienda esa idea.
Tampoco
es bueno abusar de las notas al pie de página, al menos en el caso
de la traducción literaria. En este caso, estamos ante una lectura
por placer, en la que el lector se introduce en el mundo creado por
el autor y una nota a pie de página le sacaría bruscamente de él.
Sin embargo, en otro tipo de textos (didácticos, científicos...),
sí que es más frecuente el uso de notas a pie de página, en las
que se puede hacer referencia, por ejemplo, a fuentes de consulta.
Como
lectores, ¿qué pensáis de las notas del traductor? ¿Os resultan
útiles o son una molestia?
Y
como traductores, ¿las utilizáis si creéis que son necesarias o
creéis que son un signo de incompetencia?
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