martes, 23 de febrero de 2016

Compañeros traductores, que no os engañen

Buenos días.

Hoy he descubierto una estafa a traductores que, por desgracia, no es nueva. La semana pasada me hablaron de una oferta de trabajo como traductor de alemán. Al ponerme en contacto con la empresa, me mandaron una prueba de traducción, supuestamente remunerada, que debía realizar de un día para otro porque, supuestamente también, al día siguiente de recibir el texto se cerraba el proceso de selección. 

La prueba de traducción consistía en traducir un texto al alemán, pero desde el inglés (cosa con la que no contaba, ya que daba por hecho que sería una traducción español-alemán) y de un manual técnico bastante especializado. Como sabéis, intento dedicarme a hacer traducciones y me creé un perfil como Robles Traducciones para gestionarlas. Así que hice la prueba.

¿Qué podía perder? Tan solo algo de tiempo, porque por el momento no tengo otros encargos. ¿Qué podía ganar? Algo de dinero por la prueba, experiencia y quizá más traducciones. Así que hice la traducción a toda velocidad y la entregué al día siguiente.

Las sospechas sobre esta estafa comenzaron cuando, un día después, una compañera también traductora les envió un correo para poder realizar la prueba. Le respondieron exactamente lo mismo que a mí, pero le daban un día más para entregarla porque "el proceso de selección se cierra mañana". Es decir, a mi me pedían la traducción para el día siguiente; a ella, para el día siguiente también, y seguro que si alguien más les mandaba el correo, le darían un día más.

Seguí sospechando cuando, para mi sorpresa, la misma tarde que envié la traducción me contestaron diciéndome que la prueba era correcta, que me habían seleccionado, y que para el día siguiente me encargaban otras 50 páginas del mismo manual (del inglés al alemán, texto técnico) y que tenía que entregarlo al día siguiente. Y que el presupuesto por ese mismo trabajo eran 50 euros (lo mismo que por la prueba de traducción). Esa fue la gota que colmó el vaso, ya que me parecía raro que hubieran revisado el texto tan rápido, además de que ese trabajo no costaba tan poco dinero y, para hacerlo en condiciones, no se podía hacer de un día para otro. 

Tras varios días dándole vueltas al tema, esta mañana se han confirmado mis sospechas cuando he leído en otro blog (Notas de la traductora) que esto ha sucedido otras veces y que lleva pasando varios años (he llegado a leer posts de 2011), que los estafadores iban cambiando de correo electrónico, de nombre de la supuesta empresa y que siguen haciendo de las suyas. 

Me da mucha lástima ver como hay quien se aprovecha de las ganas de trabajar de los demás, de aprender y de dedicarse, en este caso, a traducir. Espero que mi publicación os sirva y que tengáis cuidado con estos timos. Al menos he aprendido algo. Es una pena que tengamos que ir desconfiando de todo para que no nos engañen.

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